Pasadas las 20:00 horas de un jueves, los ingenieros James Palmer y Cy Brown están muy lejos de sus puestos de trabajo diarios en las instalaciones de Investigación y Desarrollo Raven en Lafayette (Estados Unidos).
Palmer y Brown están en el medio de un campo de soja en la extensa zona rural de Parroquia St. Landry. Está muy oscuro y sobre todo muy tranquilo.
Ellos están en una misión. “Hacemos esto cada fin de semana”, dice Brown, quien es operador de la computadora del equipo. “Vamos a estar aquí toda la noche.”
Armados con equipos de tecnología de última generación, ordenadores, cámaras infrarrojas y miras de imagen térmica, están de cacería.
Su objetivo es una manada de jabalíes salvajes que han estado devastando campos de arroz y soja de los agricultores locales.
Aparece el “Dehogiflier” (n. del t.: algo así como “desjabalizador”), el nombre Palmer y Brown han dado su invención.
Es un drone civil que puede volar por encima de los densos y verdes campo, y ver en la noche. El zumbido es casi silencioso y mortalmente preciso.
“En realidad no es cacería”, dijo Palmer. “No hay mucha deportividad en esto. Se trata de obtener el máximo beneficio con el fin de deshacerse de los cerdos salvajes”.
En todo el país, la tecnología de aviones no tripulados, antes utilizada sólo por los militares, se está desarrollando para muchos otros usos prácticos, desde tomar fotografías aéreas de bienes raíces hasta la vigilancia de oleoductos.
Aquí mismo, en el suroeste de Louisiana, Brown y Palmer han llegado con su propia aplicación innovadora que podrían algún día ayudar a los agricultores a controlar estas especies extremadamente destructivas.