El gobierno de Buenos Aires adquirió diez drones de vigilancia de origen chino para combatir la inseguridad en el campo. Estos aparatos, que no se parecen a los drones comunes, pueden volar hasta 10 horas seguidas y tienen cámaras de alta resolución y visión térmica.
El gobernador Axel Kicillof explicó que la seguridad rural era un problema difícil de resolver con los medios tradicionales, como los patrulleros o los helicópteros. Por eso, luego de un viaje a China, se decidió comprar estos drones especiales, que pueden cubrir una gran extensión de territorio y detectar cualquier actividad sospechosa.
“Estamos inaugurando un nuevo método, una nueva era en materia de seguridad rural y a partir de octubre estarán operando”, anunció el gobernador.
Su ministro de Seguridad, Sergio Berni, agregó: “Los helicópteros no podían garantizar una videovigilancia permanente y además tenían un alto costo de mantenimiento. Con estos drones podemos controlar entre 30 y 40 mil hectáreas por hora. Es algo que no se puede hacer con ningún otro medio”.
Berni destacó que estos drones serán los guardianes del patrimonio rural, donde se almacenan miles de millones de pesos protegidos por alambres. “Ahora habrá 10 ojos mirando y custodiando junto a ustedes ese patrimonio que es producto de su esfuerzo y sacrificio y es el gran aporte del campo al PBI de la provincia”, concluyó.